“Yo leo gente” y el silencio se hizo. Fue el comentario que escuché en una reunión mientras todos hablábamos al mismo tiempo y compartíamos diversos puntos de vista. Pero en verdad se puede leer a la gente sin ser un profesional en la materia?, porque se ha escrito mucho sobre el lenguaje corporal y se hablan de porcentajes rebasando por mucho al lenguaje verbal.
Cuantos no hemos caído en situaciones como: pero si era buena onda!, pero si yo le presté porque se veía honesto!, pero si yo la ayudé porque me inspiró confianza!. Y así muchas historias y más graves, de personas que aparentemente son como fortaleza y nadie los puede convencer y caen dando su brazo a torcer de la peor manera. Buenos actores/actrices? o simplemente nos dijeron lo que queríamos escuchar?.
Entonces, si el lenguaje corporal prácticamente lo es todo, qué pasa con lo que escribimos?, debemos creer lo que leemos?, se puede creer lo que leemos y no creerle a quien lo escribe o viceversa?, por qué nos puede atraer tanto a quien leemos?, será que nuestra mente cuando lee le pone formas, colores, olores, sabores para después perder la cabeza y ver que la realidad es completamente diferente?, coincide lo que leemos con lo que conocemos?, somos lo que escribimos ya sea un blog, un libro, un artículo, un mensaje etc.?.
Dicen que “choro mata carita” pero a qué costo?!, porque me ha tocado ver como el choro con todo y su carita aniquila al lenguaje corporal.
Llego a esta línea y no puedo quitar de mi mente el lenguaje corporal que vi de alguien a quien quiero mucho, no es fácil ver cómo su mundo se derrumbó en un instante, no es fácil leer su dolor, su decepción, su tristeza. Se acercó a mi y en 5 palabras me lo dijo todo, confirmando lo que suponía: lo que leyó durante tantos meses no fue lo que la realidad le presentó. Aún así, continuó con lo suyo y seguro que en este momento sigue procesando la información.
Gracias por leer.
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